Parece ser que el Papa Benedicto XVI, en su afán de quitarse cuanto antes la etiqueta de tradicionalista y conservador, está dando pasos para una apertura de la Iglesia Católica. Estos pasos van dirigidos a acoger bajo su Liturgia a aquellas ramas de la iglesia católica que en su día, e incluso en su siglo se separaron del tronco común, por divergencias con la Política de la Santa Sede.
Estos pasos, como digo comienzan a principios de este año, comienzan negociaciones entre altos cargos vaticanos y el Primado de la Iglesia Anglicana, el Arzobispo de Canterbury..La siguiente es en Noviembre, pero ya por parte de la Santa Sede,se han dado los primeros pasos para la acogida a los Anglicanos, aprobando para ello una Constitución Apostólica. entre los puntos que destaca, es reconocer como sacerdotes, a aquellos que provenientes de la iglesia anglicana, estuvieran casados. Es decir, entrarían a formar parte de la Iglesia Católica,conservando sus tradiciones y rituales..
Hay que recordar que la iglesia Anglicana se formó a raiz de una disputa entre la Iglesia y Enrique VIII, cuando la primera no quiso anular el matrimonio de este Rey inglés con Catalina de Aragón, allá por el 1534.
Otro tanto de lo mismo ocurre con los acólitos del Arzobispo frances Monseñor Lefebre.Este arzobispo, fue un grano que le salió al Papa Pablo VI, a raiz del Concilio Vaticano II. Para este Arzobispo, de criterios Ultra conservador, la aprobación de este Concilio, fue poco menos que una herejía para la tradición católica..Discutiendo varios puntos de dicho Concilio, entre ellos criticando la forma nueva de ralizar la Liturgia...Recordemos que antes la misa se hacía en Latín y con el sacerdote de espaldas a los fieles.
Como colofón a esta escisión de la iglesia católica, Monseñor Lefebre ordenó sacerdotes a varios de sus fieles, lo que les originó la excomunión de la iglesia Católica.. Pues bien.. otro de los puntos de acercamiento del Vaticano con los acólitos de Lefebre (ya fallecido), denominados la Fraternidad de San Pio X, es anular la orden de excomunión e los sacerdotes excomulgados a su ordenamiento..
Estos acercamientos estarían bien, si el Vaticano, el Papa, lo completara con el reconocimiento de la homosexualidad, y el uso del preservativo, aunque pueda entender que en temas como la eutanasia o el aborto, se mantenga en su cerrazón...
Tampoco estaría de más, que, en virtud de esa política aperturista, fueran tolerantes con sacerdotes como Bueno Monreal, que fue echado del despacho papal cuando planteó la necesidad de revisar la disciplina del celibato, o de Ernesto Cardenal, duramente señalado por el Vaticano, por mantener compromisos con el régimen Sandinista
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